Ozzy Osbourne, figura esencial en la historia del rock pesado y voz inconfundible de Black Sabbath, falleció este martes a los 76 años, según informó su familia a través de un comunicado.
La noticia marca el fin de una era que transformó para siempre los escenarios del mundo y las raíces del heavy metal. El artista británico murió rodeado de su familia, según confirmaron sus allegados.
“Con más tristeza que las palabras pueden expresar, tenemos que informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, expresaron en el mensaje oficial.
It is with more sadness than mere words can convey that we have to report that our beloved Ozzy Osbourne has passed away this morning. He was with his family and surrounded by love.
— Ozzy Osbourne (@OzzyOsbourne) July 22, 2025
We ask everyone to respect our family privacy at this time.
Sharon, Jack, Kelly, Aimee and… pic.twitter.com/WLJhOrMsDF
La noticia llega semanas después de lo que sería su última aparición pública sobre un escenario. El pasado mes de junio, Osbourne ofreció un emotivo concierto en el estadio Villa Park de Birmingham, su ciudad natal, donde miles de seguidores lo ovacionaron de pie. Sentado en un trono, el músico se dirigió al público con una voz quebrada.
“No tienen ni idea de cómo me siento; gracias desde el fondo de mi corazón”, manifestó.
Durante el evento, compartió escenario con gigantes del rock como Guns N’ Roses y Metallica, y culminó con una reunión histórica: la alineación original de Black Sabbath interpretando “Paranoid”, una despedida musical tan cargada de simbolismo como de gratitud.
John Michael Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en una familia trabajadora del barrio de Aston, Birmingham. Desde su adolescencia, marcada por la dislexia, el abandono escolar y un breve paso por la cárcel, encontró en la música una vía de escape y propósito. La influencia de The Beatles lo empujó a formar sus primeros proyectos, hasta que en 1968 nació la banda que cambiaría su destino: Black Sabbath.
Con una propuesta sonora oscura y poderosa, la agrupación definió el sonido del heavy metal moderno. Su álbum debut, Black Sabbath (1970), seguido por el icónico Paranoid, sentó las bases de un género que rompía con las convenciones del rock psicodélico y capturaba el desencanto de una generación.
La trayectoria de Osbourne no estuvo exenta de conflictos. Fue expulsado de Black Sabbath en 1979 debido a su inestabilidad y adicciones, pero ese exilio dio paso a una renaciente carrera solista. Apoyado por Sharon Arden, quien sería su segunda esposa y mánager, lanzó Blizzard of Ozz, un debut en solitario que revitalizó su nombre en la industria y lo consolidó como una figura por derecho propio.
Con Sharon tuvo tres hijos y formó una de las parejas más mediáticas del espectáculo británico. Juntos crearon el festival Ozzfest en 1996, una plataforma que impulsó a bandas emergentes y se convirtió en punto de encuentro de distintas generaciones del metal.
A lo largo de su vida, Osbourne libró múltiples batallas contra el alcoholismo, las drogas y, en años recientes, el Parkinson, enfermedad que dio a conocer públicamente en 2020. Pese al deterioro de su salud, mantuvo un vínculo constante con sus seguidores, incluso cuando debió suspender giras o reducir su actividad en el escenario.
Las cifras también dan cuenta de su impacto: más de 100 millones de discos vendidos, múltiples premios y reconocimientos, y presencia asegurada en dos salones de la fama: como solista y como integrante de Black Sabbath.
La banda que lo lanzó al estrellato despidió al cantante con un mensaje breve desde sus redes sociales oficiales, acompañando una imagen suya en su trono: “Ozzy Forever”.
Ozzy Forever! pic.twitter.com/aJKVOCnJiI
— BlackSabbath (@BlackSabbath) July 22, 2025