Con el objetivo de fortalecer la capacidad de reacción ante una emergencia sísmica de gran escala, el Gobierno capitalino llevará a cabo el primer Simulacro Nacional de 2025 el próximo 29 de abril a las 11:30 horas.
Este ejercicio de acuerdo con el gobierno de la CDMX reproducirá el impacto de un sismo de magnitud 8.1, con epicentro en el Golfo de Tehuantepec, lo que permitirá poner a prueba en tiempo real el nuevo Protocolo de Emergencia Sísmica de la Ciudad de México.
El plan fue presentado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, en una ceremonia celebrada en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde hizo un llamado a todas las instancias públicas, privadas y sociales a participar activamente.
“La prevención y la organización son la verdadera fuerza del gobierno para actuar con rapidez y eficacia. Todas y todos tenemos historias marcadas por los sismos, por eso debemos estar listos para enfrentar cualquier emergencia”, subrayó.
Brugada destacó que el ejercicio tiene un carácter simbólico, ya que este año se conmemoran cuatro décadas del terremoto de 1985 y ocho años del de 2017. Ambos episodios, dijo, deben servir como recordatorio de que una ciudad resiliente se construye desde la preparación colectiva.
“Honrar a las víctimas significa estar preparados y construir resiliencia”, enfatizó.
El protocolo, publicado en la Gaceta Oficial desde 2021 y actualizado para su aplicación práctica este año, establece una estructura jerárquica de seis niveles de respuesta. Su diseño permite la coordinación inmediata entre el Comité de Emergencias instalado en el C5, los órganos territoriales y los puestos de mando situados en campo.
La estrategia contempla la movilización de cerca de cinco mil servidores públicos del gobierno capitalino, desplegados según una lógica piramidal que busca garantizar eficiencia y cobertura integral.
Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, explicó que el protocolo no se limita a la activación de alarmas, sino que articula tareas de prevención, mitigación, respuesta y recuperación. Recordó que la memoria de las tragedias pasadas exige mantener vigente una cultura de autoprotección.
“Creemos que la mejor forma de honrar a las víctimas de aquellos sucesos es estar preparados. Que cada uno de nosotros sepa cómo actuar ante el impacto de un sismo con características superiores o similares a las mencionadas”, enfatizó.
Como parte del ejercicio, se simularán dos emergencias críticas en puntos clave de la capital: un colapso estructural en el Zócalo, que requerirá la intervención de la Marina, Sedena, ERUM y bomberos; y un rescate vertical en Reforma 222, operado por cuerpos voluntarios acreditados.
La coordinación con las alcaldías ha sido fundamental en la preparación. Desde Venustiano Carranza se reportó el registro de inmuebles estratégicos como la TAPO y el Aeropuerto Internacional; en Iztacalco, se realizaron capacitaciones en escuelas y mercados, además de organizar enlaces vecinales por sector.
En Milpa Alta se actualizó el Atlas de Riesgo; en Álvaro Obregón se dieron a conocer medidas ante microsismos recurrentes en Mixcoac; mientras que en Tláhuac se propuso integrar al Metro y a la Secretaría de Salud en el protocolo debido a la vulnerabilidad del suelo. Iztapalapa, por su parte, notificó la inclusión de mercados, hospitales y planteles educativos en la estrategia de preparación.
El sector privado también se ha sumado con fuerza al simulacro. Más de siete mil de los 11,644 inmuebles registrados hasta ahora en la plataforma www.preparados.gob.mx corresponden a empresas, edificios corporativos y espacios comerciales.
Organismos como la Cámara Nacional de Comercio, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Directores Responsables de Obra anunciaron su participación, tanto en la logística del ejercicio como en la evaluación estructural de inmuebles.
En materia tecnológica, el titular del C5, Salvador Guerrero Chiprés, dio a conocer mejoras en los sistemas de monitoreo que permiten reducir los tiempos de respuesta a menos de cuatro minutos. Además, se mantienen estudios en curso con la Universidad Nacional Autónoma de México para observar y analizar el fenómeno de los microsismos detectados en diversas zonas de la ciudad.
Brugada Molina cerró su intervención con un llamado a la organización comunitaria como pilar de la prevención.
“Imagínense una ciudad en la que cada edificio y cada manzana cuenten con comités de Protección Civil capacitados y activos. Esa es la tarea a la que nos tenemos que abocar entre todas y todos”, concluyó.