El 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas para generar conciencia sobre la importancia del acceso al agua potable y la gestión sostenible de los recursos hídricos.
Este 2025, el lema oficial de la conmemoración es “Agua para la paz”, destacando el papel fundamental del agua en la cooperación internacional y la estabilidad social.
Un recurso en riesgo
De acuerdo con datos de ONU-Agua, se estima que para 2030 el mundo enfrentará un —déficit del 40% en el suministro de agua— si no se implementan medidas urgentes para su conservación y distribución eficiente. Actualmente, más de 3.000 millones de personas dependen de fuentes de agua compartidas entre países, lo que incrementa la posibilidad de conflictos geopolíticos si no se establecen acuerdos de cooperación efectivos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha señalado que el cambio climático es un factor clave en la crisis hídrica global, ya que el aumento de sequías y la variabilidad en las precipitaciones afectan directamente la disponibilidad del agua potable.
Por su parte, el Banco Mundial advierte que la falta de inversión en infraestructura hídrica podría reducir el —Producto Interno Bruto de algunas economías en hasta un 6% anual— debido a la escasez y la mala gestión del recurso.
Medidas urgentes y desafíos
Diversas organizaciones internacionales han señalado la necesidad de adoptar estrategias para mitigar la crisis del agua. Entre las principales recomendaciones se encuentran:
- Eficiencia en el uso del agua: La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura destaca que la agricultura consume el 70% del agua dulce disponible, por lo que urge la implementación de tecnologías para un riego más eficiente.
- Protección de ecosistemas acuáticos: La restauración de humedales y bosques es clave para la regulación de los ciclos hídricos.
- Inversión en tecnología: Se ha subrayado la importancia de financiar proyectos de desalinización y el reciclaje de aguas residuales para garantizar el acceso al agua en regiones con alta escasez.
- Reducción del desperdicio: Reducir las pérdidas de agua en sistemas de distribución y promover el uso responsable del recurso en los hogares puede disminuir significativamente la presión sobre las reservas hídricas.
- Educación y concienciación: Fomentar una cultura de ahorro de agua y uso sostenible desde edades tempranas es esencial para garantizar un futuro hídrico seguro.
Un desafío global
Además de los problemas ambientales, la ONU ha alertado sobre el impacto del crecimiento demográfico en la crisis del agua. Se prevé que la —demanda global aumente un 55% para 2050—, lo que intensificará la presión sobre los recursos disponibles.
En este contexto, el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo advierte que la existencia de más de 300 cuencas hidrográficas compartidas entre varios países podría derivar en tensiones políticas si no se establecen mecanismos de gestión conjunta.
El Día Mundial del Agua 2025 busca poner en el centro del debate la necesidad de acuerdos internacionales para una distribución equitativa y sostenible del recurso, enfatizando que el acceso al agua no solo es un derecho humano fundamental, sino un factor determinante para la paz y la seguridad global.