En un contexto global donde la proliferación del discurso de odio ha alcanzado nuevas dimensiones a través de plataformas digitales y algoritmos impulsados por inteligencia artificial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reiteró este 18 de junio su llamado a intensificar las acciones conjuntas para hacer frente a esta amenaza que socava la paz, la dignidad humana y el desarrollo sostenible.
El Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio, proclamado por la Asamblea General en 2021 y conmemorado por primera vez en 2022, se consolidó como una fecha clave para promover el diálogo, la tolerancia y la acción coordinada ante un fenómeno que, según advierte la ONU, puede ser un preludio de violencia grave, incluidos crímenes atroces.
El secretario general de la organización, António Guterres, alertó sobre la capacidad actual del odio para extenderse rápidamente a través de canales digitales.
“Hoy, como nos recuerda el tema de este año, el discurso de odio viaja más rápido y más lejos que nunca, amplificado por la inteligencia artificial. Los algoritmos sesgados y las plataformas digitales están difundiendo contenidos tóxicos y creando nuevos espacios para el acoso y el abuso”, manifestó.
Desde 2019, la ONU implementó la Estrategia y Plan de Acción para la lucha contra el Discurso de Odio, un marco integral que busca no solo monitorear señales de alerta, sino también apoyar a los Estados en el desarrollo de políticas, interpretar la legislación sobre derechos humanos y fomentar campañas comunitarias y educativas.
La definición adoptada por este organismo internacional describe el discurso de odio como toda comunicación que ataca o discrimina a personas o grupos por motivos de identidad —como religión, origen étnico o género—, aunque aún no existe una definición jurídica universalmente aceptada.
En esta jornada, Naciones Unidas hace el llamado a gobiernos, sociedad civil, sector privado, medios de comunicación, empresas tecnológicas, líderes religiosos, educadores y ciudadanía a sumar esfuerzos para prevenir y contrarrestar esta forma de violencia. El compromiso colectivo debe articularse bajo los principios del derecho internacional y el respeto irrestricto a la libertad de expresión.
“La lucha contra el odio, la discriminación, el racismo y las desigualdades es la base de los principios de las Naciones Unidas y del trabajo de la Organización. Esto se consagra en nuestra Carta fundacional, en el marco de actuación sobre derechos humanos internacionales y en nuestro esfuerzo colectivo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, afirmó el Secretario General en el marco del Plan de Acción.
Además, el organismo reconoció el papel determinante que desempeñan las nuevas tecnologías. Si bien la inteligencia artificial puede ofrecer mecanismos eficaces para la detección temprana y la prevención de conflictos, también plantea riesgos si no se cuenta con regulaciones centradas en los derechos humanos. Por ello, los Estados miembros han puesto en marcha iniciativas de gobernanza digital como parte del Pacto Digital Global.
Frente al aumento del discurso de odio en línea, particularmente entre niños, niñas y jóvenes expuestos a contenidos dañinos en internet, Naciones Unidas subrayó la necesidad de crear entornos seguros tanto físicos como digitales y de fomentar la empatía, la educación y la participación activa en la promoción de la inclusión.
La ONU resaltó que su papel, aunque fundamental, es solo una parte del esfuerzo necesario. Reiteró que las medidas más significativas deberán provenir de los Estados, organizaciones multilaterales, actores comunitarios y ciudadanos comprometidos con la construcción de sociedades pacíficas e inclusivas.
En palabras del secretario general António Guterres, “el progreso de los derechos humanos y la lucha contra el odio son representación de la misión esencial de la ONU”.
