Este 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Gato, una fecha instaurada en 2002 por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) con el objetivo de promover la protección y el trato responsable de estos animales.
Aunque esta es la más conocida a nivel global, no es la única ocasión en que se les dedica un día específico: los felinos domésticos cuentan con tres celebraciones oficiales cada año, cada una con un origen distinto.
La primera se conmemora el 20 de febrero, en honor a Socks, el gato adoptado por Chelsea, hija del expresidente estadounidense Bill Clinton, cuya popularidad en la década de 1990 lo convirtió en un ícono. Tras su fallecimiento en 2009, el IFAW estableció esta fecha como un homenaje.
La segunda, cada 8 de agosto, tiene como fin sensibilizar sobre el respeto a los derechos de los gatos y prevenir el maltrato y abandono. La tercera, el 29 de octubre, fue propuesta en Estados Unidos por la especialista en comportamiento felino Colleen Paige para incentivar la adopción y el cuidado responsable.
A lo largo de la historia, la presencia de los gatos ha influido en diversas culturas. En el antiguo Egipto, eran venerados como símbolos de maternidad y fertilidad, mientras que en la Europa medieval llegaron a ser asociados con la brujería.
En la actualidad, su popularidad como animales de compañía se sustenta en características como su independencia, su adaptabilidad a diferentes entornos y su capacidad para generar bienestar emocional. Incluso se emplean en terapias asistidas para reducir el estrés y la ansiedad, gracias a su comportamiento tranquilo y predecible.
Uno de los rasgos que más intriga a sus cuidadores es la aparente selectividad con la que eligen a las personas con las que más se relacionan. Contrario a la creencia de que son animales solitarios, los gatos son sociales, pero muy selectivos, capaces de percibir el tono de voz, la tensión en los gestos y la forma en que se les trata.
Según el portal The Dog People, suelen acercarse a quienes les transmiten calma y seguridad, evitando entornos ruidosos o conductas que interpreten como hostiles.
La especialista Molly DeVoss, fundadora de Cat Behavior Solutions, detalla que existen señales claras para identificar cuándo un gato elige a una persona como su favorita.
“Golpecitos con la cabeza, marcado de olor, acicalamiento, frotar los dientes, llevar juguetes u objetos como regalos, rodar sobre el suelo y mantener compañía constante” son comportamientos que indican confianza y afecto.
Estas interacciones pueden tener también un sustento biológico, según investigaciones recientes. En 2025, un equipo del Wildlife Research Center de la Universidad de Kioto identificó una variante genética asociada con el ronroneo, la vocalización y ciertos niveles de agresividad en gatos domésticos.
Por otra parte, el estudio, publicado en PLOS One, analizó el gen del receptor de andrógenos (AR) en 280 gatos mestizos castrados que vivían en hogares de Japón, evaluando la relación entre su secuencia genética y 23 comportamientos reportados por sus dueños.
“Los gatos portadores de los alelos cortos presentaron puntuaciones más altas de ‘ronroneo’. En los machos, los alelos cortos también se asociaron con una mayor frecuencia de vocalizaciones dirigidas, mientras que en las hembras se relacionaron con una mayor agresividad hacia desconocidos”, precisa el informe.
El análisis determinó que el gen AR contiene una región con repeticiones del aminoácido glutamina, cuyo número varía entre individuos. Los ejemplares con 18 o menos repeticiones fueron clasificados con alelos “cortos” y mostraron mayor tendencia a comunicarse de forma vocal, mientras que los de 19 o más repeticiones alelos “largos” —presentaron menor frecuencia de estos comportamientos—.
La comparación con once especies de felinos salvajes reveló que las variantes largas se encuentran únicamente en gatos domésticos, lo que sugiere un proceso de selección durante la domesticación en favor de ejemplares más comunicativos.
Los investigadores también detectaron una mayor prevalencia de alelos cortos en gatos mestizos, lo que, según explican, podría estar relacionado con su adaptación a entornos menos controlados, donde la vocalización resulta esencial para interactuar con humanos y asegurar recursos.
Aunque los resultados ofrecen una nueva perspectiva sobre la base genética de ciertas conductas, los especialistas advierten que el estudio presenta limitaciones por centrarse en gatos mestizos japoneses y basarse en cuestionarios subjetivos.
Plantean la necesidad de ampliar la muestra a razas puras, incorporar observaciones directas y considerar un espectro más amplio de especies para profundizar en la relación entre genética, comportamiento y domesticación felina.
Así, el Día Internacional del Gato no solo invita a reflexionar sobre la importancia del cuidado responsable y la adopción, sino que también abre espacio para conocer más a fondo la historia, las conductas y los mecanismos biológicos que han hecho de estos animales una presencia constante —y cada vez más comprendida en la vida humana—.