Clonación de mascotas: una industria en expansión que despierta debate ético en Estados Unidos

La tecnología utilizada es la misma que permitió la clonación de la oveja Dolly: la transferencia nuclear de células somáticas.

La clonación de mascotas ha dejado de ser una rareza científica para convertirse en una opción real, aunque limitada, para los dueños que desean replicar a sus animales de compañía.

En Estados Unidos, la empresa ViaGen Pets & Equine, con sede en Texas, es actualmente la única que ofrece este servicio comercial, con un costo de 50 mil dólares por ejemplar y una lista de espera de cinco a siete meses.

De acuerdo con información de La Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA), la compañía opera desde hace 25 años y comenzó clonando ganado y caballos. En 2014, incorporó la clonación de perros y gatos, y vendió posteriormente su división de animales de granja a la empresa Trans Ova Genetics, para concentrarse en las mascotas.

“Hemos clonado más de un par de miles de animales durante ese período de 25 años”, señaló Lauren Aston, gerente de negocios de ViaGen Pets & Equine.

La tecnología utilizada es la misma que permitió la clonación de la oveja Dolly: la transferencia nuclear de células somáticas. El proceso inicia con una biopsia de piel del animal, a partir de la cual se cultivan células en laboratorio. Luego, el núcleo de una célula es transferido a un óvulo de donante sin núcleo, que se implanta en una madre sustituta.

“Por lo general, lo que podemos hacer es implantar múltiples líneas celulares en una madre sustituta, lo que aumentará las probabilidades de tener un embarazo saludable, exitoso y a término con múltiples bebés”, explicó Aston.

De acuerdo con Aston, los animales sustitutos, que pueden ser adoptados de refugios o criados con este propósito, viven en una instalación biosegura y cuentan con atención especializada. Tras dar a luz, se quedan con las crías durante las primeras ocho semanas, periodo destinado a la lactancia y socialización.

“Es muy importante que estén muy bien socializados y cuidados, porque eso los va a hacer mejores mamás”, dijo.

Además, resaltó que la demanda por la clonación de mascotas se incrementó después de la pandemia de COVID-19, cuando muchas personas adoptaron animales y desarrollaron vínculos emocionales profundos.

“Eran, para muchas personas, un salvavidas significativo: compañía y no sentirse tan solo y deprimido. Hay algo muy específico y único en la composición genética de este animal específico que ha llevado a muchas de esas personas a decir: ‘Bueno, cuando se trata del final de la vida, ¿qué puedo hacer?’”, manifestó Aston.

Además del servicio de clonación, ViaGen ofrece la preservación genética por 1,600 dólares, con una cuota anual de almacenamiento de 150 dólares. Este servicio permite almacenar ADN para futuras clonaciones. Aunque el procedimiento completo resulta costoso, muchos clientes optan por mantener esa posibilidad.

La clonación también se ha extendido a criadores de perros de trabajo, quienes buscan replicar animales entrenados para funciones específicas. En otros casos, los clientes solo desean uno o dos clones. Aston, por ejemplo, adoptó un clon de pastor alemán de ocho semanas llamado Vader, luego de que una familia decidiera no quedarse con más de un cachorro.

“Nunca lo sabrías. Podías encontrar cualquier perro o gato en la calle y no sabías si era un clon o no. Son como cualquier otro animal criado convencionalmente. Son normales, saludables, se ven igual, actúan igual. No tienen una segunda cola ni una tercera oreja”, comentó.

Aseguró que la empresa también ha trabajado con zoológicos en proyectos de conservación genética. Entre sus colaboraciones destaca la clonación de dos caballos de Przewalski, una especie en peligro de extinción, para el Zoológico de San Diego.

“Lo que mucha gente no sabe es que, en todo el mundo, los zoológicos en su conjunto han estado almacenando el ADN de los animales en su zoológico durante mucho tiempo. Lo llaman su ‘zoológico congelado’”, señaló Aston.

Además, ViaGen incorporó servicios de reproducción asistida para caballos, como la inyección intracitoplasmática de esperma (ICSI) y el uso de semen sexado.

“Básicamente, eso te permite elegir el sexo de la descendencia que estás tratando de reproducir. Con ICSI, es realmente una gran herramienta para usar, digamos, personas que tienen un semental que ya no puede reproducirse”, indicó.

Pese al crecimiento de la demanda, Aston consideró que el negocio no se convertirá en una opción masiva.

“Creo que siempre vamos a ser muy boutique, ¿verdad? Parte de eso está relacionado con el costo, y parte de eso simplemente está relacionado con las opiniones de las personas sobre cómo se sienten acerca de esta tecnología”, manifestó.

Por otra parte, no todos comparten el entusiasmo por la clonación de mascotas. Organizaciones de protección animal, como la ASPCA, han expresado preocupación por las implicaciones éticas de esta práctica. En su postura oficial, propusieron una “moratoria sobre la investigación, promoción y venta de mascotas clonadas y de bioingeniería”, mientras se investiga el impacto de estas tecnologías.

Philip Tedeschi, director emérito del Instituto para la Conexión Humano-Animal de la Universidad de Denver, advirtió sobre los riesgos de tratar a los animales como objetos.

“Los estándares del USDA y las prácticas de bienestar animal en animales de investigación, en muchos casos, realmente no protegen la calidad de vida de esos animales en ningún nivel. Estas industrias se construyen en torno al concepto de que el animal es una propiedad”, expresó.

También cuestionó la idea de que clonar a una mascota sea una solución emocional para enfrentar su pérdida.

“Lo que hace que estas relaciones sean especiales y únicas es el hecho de que se trata de individuos con sus propias personalidades únicas. Así que la idea de que, de alguna manera, vamos a recrear esa experiencia también es una especie de premisa defectuosa desde una perspectiva puramente de desarrollo”, dijo.

La alternativa a los refugios de animales

Otra dimensión del debate ético en torno a la clonación de mascotas está relacionada con el destino de los animales en refugios. Según Philip Tedeschi, la existencia de miles de mascotas adoptables que son sacrificadas anualmente plantea preguntas sobre la justificación de crear nuevas vidas por medios artificiales.

En 2024, más de 748,000 perros y gatos en Estados Unidos tuvieron un “resultado no vivo”, de acuerdo con Tori Fugate, directora de comunicaciones de Shelter Animals Count, una organización sin fines de lucro que mantiene una base de datos nacional sobre estadísticas de refugios.

Fugate aclaró que, como organización 501(c)(3), Shelter Animals Count no adopta una postura a favor o en contra de la clonación de mascotas.

“Lo que estamos viendo ahora es que los perros de todos los tamaños pasan más tiempo en los refugios que cuando observamos los niveles anteriores a la pandemia. La duración de la estadía de los perros casi se ha duplicado en todos los tamaños, pequeños, medianos y grandes, en comparación con 2019. Los perros grandes, en promedio, pasan 21 días en los refugios ahora”, explicó.

Fugate señaló que los factores económicos han agravado la actual “crisis de los refugios”, mientras que adoptar un animal puede costar solo unos pocos cientos de dólares e incluye servicios como vacunación, microchip y esterilización o castración.

“Animo a cualquiera, si está buscando ese amor similar, a que vaya a pasear por las perreras de su refugio local, donde sea que esté, porque allí habrá una mascota que le está esperando. Va a haber una mascota que tendrá un impacto en tu vida, y definitivamente puedes tener un impacto en la suya. Vas a salvar esa vida”, afirmó.

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