Este premio, uno de los ocho que otorga anualmente la Fundación en diversas disciplinas, reconoce la labor científica, cultural, social y humanitaria a nivel internacional.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) fue distinguido este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025, un reconocimiento que resalta su papel en la defensa del patrimonio antropológico de la humanidad y su contribución a la paz y los derechos humanos.
La distinción se produce mientras el recinto permanece cerrado temporalmente por falta de vigilancia, a la espera de la transición entre empresas de seguridad.
La Fundación Princesa de Asturias anunció con gran relevancia que el jurado había decidido otorgar el galardón al Museo Nacional de Antropología. Este reconocimiento resalta el papel del museo como un importante defensor del patrimonio cultural.
“Heredero de una larga tradición de defensa y preservación de una parte esencial del patrimonio antropológico de la humanidad que, al mismo tiempo, expresa las señas de identidad de una gran nación en la que sus gentes se reconocen”, manifestó.
— Fundación Princesa de Asturias (@fpa) June 4, 2025
La candidatura fue propuesta por Emilio Lamo de Espinosa Michels de Champourcin, presidente del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2025, y contó con el respaldo, entre otros, del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y del embajador de España en México, Juan Duarte Cuadrado.
Este premio, uno de los ocho que otorga anualmente la Fundación en diversas disciplinas, reconoce la labor científica, cultural, social y humanitaria a nivel internacional. En esta edición, el premio de la Concordia se eligió entre 32 candidaturas procedentes de 23 países.
La ceremonia oficial de entrega se celebrará en octubre en Oviedo, Asturias, en presencia de los Reyes de España, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. El premio consiste en una escultura de Joan Miró, un diploma, una insignia y una dotación económica de 50 mil euros.
Sin embargo, la entrega del galardón coincide con un cierre inesperado del propio museo. Desde el pasado 3 de junio, el MNA cerró sus puertas tras la finalización del contrato de seguridad con la Policía Bancaria e Industrial de la Ciudad de México. La vigilancia será asumida por una nueva empresa privada, cuyo proceso de entrega-recepción comenzó el domingo anterior.
“Dadas las especificidades de los recintos, en este caso se determinó el cierre para el día martes 3 de junio, para dar margen a una transición ordenada de los servicios, de modo que, salvaguardando siempre la seguridad de los bienes patrimoniales que ahí se resguardan, pudiesen darse las condiciones óptimas para la atención del público visitante”, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.
Además del MNA, también cerraron de manera temporal el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, el Museo Nacional de las Intervenciones en Churubusco y el Museo del Templo Mayor.
El INAH señaló que la empresa contratada debe garantizar los elementos mínimos de seguridad a partir de este miércoles, y advirtió que, de no cumplir, se aplicarán las sanciones administrativas correspondientes.
Fundado en 1940 y trasladado a su sede actual en 1964, el Museo Nacional de Antropología alberga una de las colecciones arqueológicas y etnográficas más importantes de México. En 2024, el recinto alcanzó su récord de asistencia con más de tres millones de visitantes, cifra no registrada desde antes de la pandemia.
Bajo la dirección de Antonio Saborit desde 2013, el museo forma parte de la red del INAH y cuenta con un patronato que apoya su conservación y actividades educativas mediante donaciones y eventos culturales.
La muestra, que se exhibe en el Nivel A del edificio ESTOA, es el resultado de un convenio de colaboración entre el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) y la Universidad de Monterrey, cuyo objetivo es fortalecer el desarrollo cultural y artístico mediante esfuerzos conjuntos.
Su obra ha sido plasmada en muros, museos y espacios públicos de al menos 17 países, llevando un mensaje constante de paz, inclusión y transformación comunitaria.
Esta obra, integrada en la muestra como testimonio visual, busca reforzar el mensaje de unión entre pueblos, solidaridad y defensa de los derechos humanos.