A pocos días de las elecciones generales en Canadá, el primer ministro y líder del Partido Liberal, Mark Carney, pidió a los ciudadanos consolidar un “Gobierno fuerte” para hacer frente a los riesgos que, afirmó, representan las políticas del presidente estadounidense Donald Trump.
Durante un acto de campaña en Mississauga, Carney acusó a Trump de desatar una crisis económica internacional y de traicionar a su país vecino.
“La guerra comercial del presidente Trump literalmente ha roto la economía global y ha traicionado a Canadá, el vecino de Estados Unidos, su más cercano amigo y su aliado más inquebrantable”, afirmó Carney.
El mitin, celebrado en un hangar aeronáutico y al que asistieron miles de personas de diversas comunidades, se caracterizó por los constantes abucheos cada vez que se mencionaba al mandatario estadounidense. Carney subrayó la importancia de la unidad nacional frente a los ataques comerciales.
“Este es el momento para un liderazgo serio y este es el momento de unirnos como un país porque necesitamos luchar, protegernos y ganar”, señaló el primer ministro.
En su discurso, planteó que Canadá debe responder con firmeza a los aranceles impuestos por Estados Unidos.
“Tenemos que luchar los aranceles de Trump, con aranceles de represalia que hagan el máximo daño en Estados Unidos. Necesitamos proteger a nuestros trabajadores”, indicó Carney.
El evento sufrió una breve interrupción cuando dos manifestantes propalestinos gritaron consignas en contra del líder liberal. Los manifestantes, que acusaron de “genocidio” a Carney, fueron rápidamente retirados del recinto por agentes de seguridad.
Carney también advirtió sobre el trasfondo de las acciones de Trump, señalando que no se trata solo de una disputa comercial, sino de un intento de dominación económica.
“Los ataques de Trump tienen un objetivo: rompernos para que Estados Unidos se convierta en nuestro dueño”, subrayó Carney.
Sin embargo, manifestó su confianza en que Canadá resistirá cualquier intento de sometimiento.
“Canadá no es Estados Unidos”, afirmó, mientras sus seguidores ondeaban banderas nacionales en señal de respaldo.
El primer ministro aprovechó la ocasión para destacar las diferencias culturales entre ambos países, contrastando el modelo estadounidense con el canadiense.
“Estados Unidos es un crisol cultural; Canadá —mirar a esta multitud, somos todos canadienses— es un mosaico”, explicó Carney.
Además, dirigió críticas a su principal contrincante, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, a quien acusó de inexperiencia en el sector privado.
“Es un político de toda la vida que adora el altar del libre mercado a pesar de que nunca ha trabajado en el sector privado”, señaló Carney.
Cuestionó también la falta de evolución en las ideas de Poilievre.
“Es el tipo de político que presume de esto, que nunca ha cambiado de ideas desde que tenía 17 años”, agregó.
Al defender su propio perfil, Carney resaltó la importancia de la experiencia frente a los riesgos de improvisación en tiempos de crisis.
“Este es el momento para experiencia, no experimentos”, insistió.
Finalmente, el líder liberal cerró su intervención reafirmando su compromiso con Canadá y con la construcción de una economía sólida.
“Unidos defendemos Canadá. Unidos ganaremos esta guerra comercial, construiremos la economía más fuerte del G7 que funciona para todos. Estoy aquí hoy porque Canadá me ha dado todo: mi familia, mi educación y mis valores. Y a cambio, estoy dispuesto a darlo todo a Canadá”, concluyó.
Con información de EFE