Ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV presidió este domingo su primer gran acto público desde su elección el pasado 8 de mayo.
La celebración, centrada en la familia, estuvo marcada por un mensaje firme en defensa del matrimonio tradicional y por críticas al uso de la libertad como justificación para atentar contra la vida.
La misa, parte del Jubileo de la Familia, reunió delegaciones de 131 países. El pontífice recorrió la plaza a bordo del papamóvil, bendijo a niños y saludó a familias que ondeaban banderas y pancartas con lemas como “Papa León, protege la familia”. Durante la homilía, León XIV subrayó el valor del matrimonio como un modelo de amor real y comprometido.
“Con el corazón lleno de gratitud y esperanza, a ustedes esposos les digo: el matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo”, afirmó el pontífice, en referencia a la encíclica Humanae Vitae.
El papa insistió en la necesidad de proteger la institución familiar frente a dinámicas que, según dijo, dañan la convivencia social. Defendió lo que llamó “matrimonios santos”, presentándolos como una respuesta a las fuerzas que fragmentan las relaciones humanas.
“Todos nosotros vivimos gracias a una relación, es decir, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo”, sostuvo.
Además, advirtió sobre una visión distorsionada de la libertad cuando esta se emplea para justificar actos que, lejos de preservar la vida, la destruyen.
“Es cierto que, a veces, esta humanidad se ve traicionada. Por ejemplo, cuando se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir”, señaló.
El mensaje también incluyó referencias a figuras reconocidas por la Iglesia católica por su testimonio conyugal, como los beatos Luis y Celia Martin, padres de santa Teresa del Niño Jesús, y la familia polaca Ulma, asesinada por proteger a judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
“Al proponernos como testigos ejemplares a matrimonios santos, la Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades”, expresó León XIV.
Finalizada la misa, el pontífice dirigió el rezo del Regina Caeli y dedicó palabras especiales a los niños, a quienes calificó como portadores de esperanza, y a los adultos mayores, a quienes definió como “modelos de fe e inspiración”. También hizo un llamado a la paz en regiones marcadas por el conflicto armado.
“Que la Madre de Dios nos ayude a caminar juntos por el camino de la paz”, concluyó.
Con información de EFE