La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que el riesgo para la salud pública asociado a la fiebre amarilla en las Américas se mantiene en un nivel alto, tras reportarse un aumento significativo de casos humanos en comparación con el año anterior.
De acuerdo con una evaluación rápida de riesgos emitida el 23 de mayo, en lo que va de 2025 se han registrado 221 casos humanos confirmados de fiebre amarilla, incluidos 89 fallecimientos. Esta cifra representa un incremento de más de ocho veces respecto al mismo periodo de 2024, cuando se reportaron 61 casos y 30 muertes en todo el año.
Los países que han notificado casos este año son Bolivia (3 casos, 1 defunción), Brasil (110 casos, 44 defunciones), Colombia (64 casos, 26 defunciones), Ecuador (6 casos, 5 defunciones) y Perú (38 casos, 13 defunciones).
La OPS señaló que la reactivación cíclica de los patrones de transmisión selvática, junto con la aparición de casos en zonas densamente pobladas, aumenta el riesgo de un brote urbano. En 2025 se han identificado contagios fuera de la región amazónica, como en el estado de São Paulo, Brasil, y el departamento de Tolima, Colombia, lo que remite a escenarios previos, como el brote de 2016-2018.
“Casi todos los casos notificados tanto en 2024 como en 2025 se han producido en personas no vacunadas”, alertó la OPS.
Además, también resaltó la caída en las tasas de cobertura de inmunización en países endémicos, acentuada entre 2020 y 2023 debido a los efectos de la pandemia de COVID-19. Antes de la emergencia sanitaria, la cobertura variaba entre el 57% y el 100%, aunque 10 de los 12 países no alcanzaban el umbral del 95% recomendado para prevenir brotes.
A pesar de las mejoras recientes en la capacidad de vacunación, el limitado suministro global de vacunas continúa siendo un obstáculo para responder a la demanda tanto en América como en África.
En respuesta, la OPS hizo un llamado a los países para reforzar la vigilancia epidemiológica, intensificar la vacunación en poblaciones de riesgo y fortalecer la comunicación pública para informar a las comunidades y viajeros sobre las medidas preventivas.
Asimismo, el organismo colabora con los gobiernos nacionales para optimizar las estrategias de vacunación, incluyendo el uso de dosis fraccionadas y la identificación de sectores prioritarios para la inmunización.
La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica aguda causada por un virus transmitido principalmente por mosquitos selváticos de los géneros Haemagogus y Sabethes. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolor muscular, cefalea, escalofríos, pérdida de apetito, náuseas y vómitos. En un 15% de los casos, la enfermedad evoluciona a una fase grave con fiebre alta, daño multiorgánico e incluso la muerte.
La OPS reiteró su compromiso de continuar monitoreando la situación y brindando asistencia técnica a los países de la región para mitigar los riesgos asociados a esta enfermedad endémica.
