Frente a los pronósticos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que anticipan un trimestre con lluvias por debajo del promedio histórico en la entidad, el Gobierno de Nuevo León reforzó su estrategia para garantizar el abasto del recurso hídrico mediante una estricta administración de presas, pozos y sistemas de captación.
Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (AyD), organismo estatal encargado de la gestión hídrica, indicó que mantiene operativos continuos de monitoreo sobre las fuentes de abastecimiento e implementó ajustes en los volúmenes de extracción basándose en proyecciones periódicas. Estas previsiones, manifestó el organismo que, se actualizan de forma semanal, mensual y anual, de acuerdo con los reportes climáticos.
Durante la última semana, el flujo promedio de agua distribuido alcanzó los 17,700 litros por segundo. De esa cantidad, aproximadamente 15,523 litros fueron destinados al área metropolitana de Monterrey, mientras que cerca de 2,200 litros por segundo abastecieron a municipios fuera de la zona conurbada.
Pese a que los niveles de reserva actuales permiten afrontar el escenario previsto de lluvias moderadas, las autoridades consideran fundamental la participación de la ciudadanía en el ahorro del líquido. En este sentido, AyD emitió una serie de recomendaciones prácticas para fomentar el uso responsable del agua en la vida cotidiana.
Entre las sugerencias destacan reutilizar el agua del lavado de ropa, reducir el tiempo de baño a tres minutos, evitar dejar la llave abierta al cepillarse los dientes y captar agua fría mientras se espera la caliente para otros usos domésticos. También se propone instalar una botella dentro del tanque del inodoro para disminuir la cantidad de agua por descarga.
La paraestatal reiteró que la sostenibilidad hídrica requiere un compromiso conjunto entre autoridades y población.
“Sigamos trabajando juntos para asegurar este recurso vital para las futuras generaciones”, manifestó el organismo.
El exhorto enfatiza que cada acción individual puede contribuir significativamente a mitigar los efectos de una temporada seca y preservar el agua como un bien común esencial.
